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Del matrimonio formado por don Michelangelo Ugenti y doña Carmela Nigro, nace –el 16 de febrero de 1940– en Massafra, Taranto (Italia) un niño, a quien sus padres presentaron a bautizar, en la parroquia de la localidad, con el nombre de Salvatore. Contaba unos trece años, cuando, sintiéndose llamado por el Señor, ingresó en el Seminario Monseñor Amigó de Galatone, cursando allí los estudios de humanidades. Su vocación se vio favorecida, sin duda, por el buen ambiente religioso que reinaba en su familia, como denota el hecho de que, aparte de él, otras dos hermanas suyas siguiesen la senda de la vida religiosa y, con el tiempo, también ingresaría en religión una sobrina que llegó a ser superiora provincial de las hermanas pasionistas. Concluido el estudio de las humanidades, pasa a la comunidad del Convento Santa Irene de Catignano, donde transcurre el tiempo de su postulantado. El 9 de agosto de 1960, viste en el Noviciado San José de Godella (España) el hábito y comienza el año de noviciado, que concluiría el 15 de agosto del siguiente año 1961, con su primera profesión de votos. De regreso a Italia, inmediatamente después de la profesión, es destinado a la comunidad de la Casa Procura General de Roma, para cursar los estudios filosóficos. Y, concluidos éstos, es enviado –el 15 de agosto de 1964– al Instituto Antonio Tarantini –como se denominó en un primer momento el ITCA de Lecce–, del que se había hecho cargo la Congregación hacía tan sólo un mes. Este destino –que se alargaría durante tres años– supuso para él entrar en contacto directo con la misión específica de la Congregación. Hacia el mes de julio de 1967, es trasladado de nuevo a España –y concretamente al Seminario Mayor Internacional San Hermenegildo de Dos Hermanas– e inicia los estudios teológicos, que proseguiría: primero, en Chieti, residiendo, durante el curso escolar 1969-1970, en la comunidad de Catignano y después –el curso 1970-1971–, en Lecce, desde la comunidad del que entonces se conocía ya como Instituto Terciari Cappuccini dell’Adolorata (ITCA). Ordenado sacerdote en su pueblo natal –el 24 de julio de 1971–, es destinado, como consiliario y administrador, al Seminario Monseñor Amigó de Galatone, en el que, durante tres años, colabora eficaz y positivamente en la formación de los seminaristas. En los nombramientos que tienen lugar el 16 de septiembre de 1974, en la Provincia San Francisco de Italia –a la que pertenecía desde su erección canónica el 28 de mayo de 1964–, es nombrado vicesuperior y administrador de la comunidad de Casalotti-Roma, que había empezado su andadura oficial el 24 de noviembre de 1973, con la misión concreta de impartir formación profesional y de acoger muchachos con problemas en régimen de reeducación. Tras seis años de permanencia en la Urbe, es destinado –el 2 de septiembre de 1980– al Instituto di Rieducazione per Minorenni de Monastir-Cagliari, desde el que –tres años después, el 23 de septiembre de 1983– sería enviado de nuevo a la comunidad de Casalotti con el encargo de atender la administración de aquella Casa que acababa de ser destinada a la formación de religiosos jóvenes y a la acogida vocacional. Designado superior de la Casa de Monastir el 2 de septiembre de 1986, dirige este Instituto di Rieducazione per Minorenni, hasta que, a finales de 1989, en nombre de la Congregación, hace entrega de la institución a las autoridades competentes y es enviado –con fecha 11 de diciembre de 1989– al ITCA de Lecce, en el que iniciaba así una tercera estancia durante los años de su vida religiosa. Estando todavía en Lecce, participa –del 15 de agosto al 15 de septiembre de 1992– en el tercer Curso Amigoniano de Formación (CAF) que se ocupó de la redacción del Proyecto de Vida, Directorio y Oracional de los Cooperadores Amigonianos. También desde Lecce, toma parte –entre el 23 y el 27 de julio de 1995– en el IX Capítulo de la Provincia San Francisco, al que acude como delegado de los religiosos. El 15 de diciembre de aquel mismo 1995, el Gobierno Provincial elegido en el IX Capítulo de la demarcación, lo designa superior del ITCA de San Giovanni Rotondo. Desde aquí, asistiría, como delegado de los religiosos, al X Capítulo de la Provincia San Francisco que se celebra en Lecce del 18 al 21 de mayo de 1998, y que lo elige segundo consejero provincial. Días después, el nuevo Gobierno lo designaría también secretario provincial y, cuando posteriormente el padre Constantino Quintano renuncia al cargo de ecónomo provincial, asumiría también este servicio. A todos estos cargos, sumaría, una vez más, el de superior del ITCA de San Giovanni. Como delegado de la Provincia, toma parte del 17 al 27 de abril de 2001, en el XIX Capítulo General, celebrado en la Casa de Burgos, siendo elegido segundo consejero general. Finalizado este Capítulo, participaría también, como consejero, secretario y ecónomo provincial cesante, del XI Capítulo de la Provincia de San Francisco, celebrado una vez más en Lecce del 3 al 8 de junio de aquel año 2001. El 17 de septiembre del mismo 2001, el Consejo General, del que formaba parte, lo designa responsable general de los Cooperadores Amigonianos. A partir del 4 de julio de 2004, preside, como delegado del superior general, el XII Capítulo de la demarcación italiana, y cuatro meses después –en noviembre del mismo 2004– ante la renuncia del padre Hernando Maya al cargo de vicario general, pasa a desempeñar automáticamente este servicio. En abril de 2007 –y concretamente a partir del día 23– toma parte, en calidad de vicario general, en el XX Capítulo General, celebrado en la Casa de Godella. Finalizado este Capítulo, en el que quedaría liberado de todo cargo en el Gobierno General, tomaría parte también, como delegado de los religiosos, en el XIII Capítulo de la Provincia San Francisco, que lo elegiría tercer consejero. Días después, el propio Gobierno Provincial lo designaría superior de la comunidad del Convento Santa Irene de Catignano. Cargo éste que continuaba desempeñando al fallecer, tras haber sido renovado para el mismo tras la celebración del XIV y XV Capítulos Provinciales, celebrados respectivamente en junio de 2010 y en mayo de 2013. Elegido superior provincial, en el transcurso del XV Capítulo de la demarcación –en mayo de 2013–, no tuvo casi tiempo para acabar de tomar el pulso a la Provincia, pues –tras haber girado una visita a las fraternidades de la Provincia y haber realizado los nombramientos comunitarios, y después de haber viajado a Colombia para asistir a la reunión del Consejo General con los superiores provinciales y a Filipinas, para visitar aquella realidad congregacional incluida en su jurisdicción– se le declaró de forma inesperada un cáncer que sigilosamente había venido minando su salud e invadiendo su organismo. Y este mal galopante lo llevó precipitadamente a la Casa del Padre desde la Casa de Soferenza de San Giovanni Rotondo, a la que había sido trasladado precipitadamente con la esperanza de encontrar remedio a lo que ya comenzaba a presentarse como inevitable. Sucedía su fallecimiento el 21 de enero de 2014. Al día siguiente –el 22– se celebró, presidido por el Arzobispo de San Giovanni Rotondo–Manfredonia, un solemne funeral, al que asistió su familia y los numerosos religiosos y religiosas llegados desde todas las comunidades de Italia. Y finalizada esta celebración, la familia se hizo cargo del cuerpo, que fue trasladado a Massafra, donde –el 23– recibió cristiana sepultura en el panteón de la familia Ugenti, tras una emotiva eucaristía presidida por el padre Antonio Antonicelli, vicario provincial en funciones. En sintonía con su aspecto rollizo, y amable a primera vista, el padre Salvatore Ugenti Nigro fue fundamentalmente una persona bondadosa y bonachona, que pasó por la vida “haciendo el bien”, como el Maestro , y trasmitiendo, con su mera presencia, una paz, un bienestar y una tranquilidad, que los muchachos que le conocieron comparaban con la actitud de un “capitán de barco, que, erguido de pie, permanece inmóvil contra el viento y contra la lluvia que le golpea en el pecho, que lo empapa y lo empuja” . Tenía, además, la virtud de manifestar con naturalidad la bondad de su ser con la sonrisa pronta a saludar a todo aquel que se le acercaba, como reconocieron y supieron expresar los jóvenes que le trataron con estas palabras: “Tu sonrisa estaba siempre disponible para cada uno de nosotros, para cualquiera que tuviese alguna dificultad. No había necesidad de pedírtela. De hecho ninguno te la pedía. Tu llegabas, percibías lo que pasaba, y la regalabas. Y si no lo sabías, la regalabas de todos modos, que nunca hace mal una sonrisa de más . Si la sonrisa era manifestación clara y espontánea de su bondad, ésta se expresaba de forma particular y especial en su permanente actitud de servicio, íntimamente relacionada, por lo demás, con su inquebrantable adhesión a la obediencia que había profesado como religioso. Nunca dijo no. Siempre estuvo pronto para cuanto de él requirieron los superiores o los hermanos. Y supo hacer, en todo momento, de la obediencia un motivo más para actuar con creciente radicalidad su vocación de servicio, adaptándose, con pasmosa facilidad, a las distintas circunstancias y personas a las que fue y se sintió enviado. En cada circunstancia y a cada quien supo servir de acuerdo a las concretas necesidades que intuía o le manifestaban. Ello no obstante, su obediencia no fue, ni mucho menos, una obediencia ajena, si así lo consideraba, a un diálogo encaminado al discernimiento. Y sin aferrarse nunca ciegamente a los propios criterios, sabía, si era del caso, defender sus puntos de vista y de acción con tenacidad y hasta con pasión y tozudez. Aunque, eso sí, expuesto y contrastado su parecer, se plegaba con total disponibilidad a lo que se decidiera. Junto a esos grandes valores de bondad, servicialidad y obediencia que distinguieron especialmente su personalidad, tenía todo otro ramillete de virtudes que hicieron de él un buen acompañante de los jóvenes que educó e incluso de las personas mayores que encontró en su camino, particularmente en la etapa en que estuvo encargado, a nivel general, de los cooperadores amigonianos. Y entre estas virtudes, no puede silenciarse la innata capacidad que poseía para saber estar junto al otro, haciendo que el otro se sintiera querido y acompañado, sin sentirse nunca agobiado. Posiblemente de esta su capacidad, quienes dejaron un mejor retrato son, una vez más, los jóvenes con quienes se relacionó, que escribieron así en su día: “Tú no estabas allí a hablar, a hablar y a hablar… ¡tú estabas allí… y basta! Tus ojos, tus movimientos, tu mera presencia hacía el resto. Tenías la capacidad de hablar con aquellos ojos, llenos, vivos, verdaderos… Ciertos días bastabas tú. Ciertos días había necesidad de un Padre y de un Salvador. Y allí estabas tu… Padre Salvatore” . También cabe resaltar su afectividad, que manifestaba en todas sus relaciones, pero que se hacía aún más evidente, si cabe, cuando se encontraba o recibía en su casa a los conocidos, cuando se sentaba con ellos a la mesa, compartiendo con ellos la comida, que, a veces él mismo preparaba y que tan bien sabía degustar, cuando se hacía presente a personas alejadas con su misiva, en medio de situaciones de gozo o de dolor, cuando se relacionaba con los suyos, que le querían entrañablemente y a quienes correspondía con similar afecto, o cuando agradecía –porque agradecido era, y mucho– cualquier detalle, grande o pequeño, que se hubiese tenido con él. Era asimismo muy amante de su vocación sacerdotal y cuidaba particularmente la dimensión catequética de la misma, hablando de Dios a las gentes, mediante el recurso a sus propias experiencias o las experiencias mismas de aquellos a quienes había acompañado en su ministerio. Y todo esto lo trasmitía, además, con palabra sencilla y directa, evitando largos discursos o elucubraciones filosóficas. Como amigoniano, sentía especial y afectuosa devoción por Nuestra Madre y por el padre Fundador, y valoraba la propia espiritualidad, la propia pedagogía y la misión específica. Bibliografía: I RAGAZZI DI BORGO, AMIGÓ, Certi Giorni (Escrito con motivo del fallecimiento del padre Salvatore y leído en su funeral); Homilía del Sr. Arzobispo de San Giovanni Rotondo-Manfredonia; MARTÍNEZ, Marino, Carta del 21 de enero de 2014 (con ocasión de la muerte del padre Salvatore); ACOSTA, Pedro, Rasgos del padre Salvatore, en Archivo General, Religiosos difuntos, expediente 984 y VIVES, Juan Antonio, Bondadoso y servicial, en Pastor Bonus 63 (2014) n. 123.
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16- 2- 1940 Nace en Massafra, Taranto (Italia). Son sus padres Michelangelo y Carmela. 9- 8- 1960 Viste el hábito e inicia el noviciado en el Seminario San José de Godella, Valencia (España). 15- 8- 1961 Primera profesión en Godella. Regresa a Italia y pasa a realizar estudios filosóficos en Roma, residiendo en la Casa Procura General. 28- 5- 1964 Al crearse la Provincia San Francisco de Italia, queda incardinado en la misma. 15- 8- 1964 Destinado al Instituto Antonio Tarantini de Lecce, del que se había hecho cargo la Congregación hacía un mes. Prácticas pedagógicas. 7- 1967 Es enviado al Seminario Mayor Internacional San Hermenegildo de Dos Hermanas, Sevilla (España). Estudios teológicos. 7- 1969 Finalizado el segundo curso de teología, regresa a Italia y es enviado a la comunidad del Convento Santa Irene de Catignano, desde el que estudiaría el tercer curso de teología en Chieti. 7- 1970 Pasa a la comunidad del Instituto Terziari Cappuccini dell’Addolorata (ITCA) de Lecce, desde donde concluye los estudios teológicos. 24- 7- 1971 Es ordenado sacerdote en Massafra. 11- 9- 1971 Designado consiliario y administrador del Seminario Monseñor Amigó de Galatone. 16- 9- 1974 Nombrado vicesuperior y administrador de la comunidad de Casalotti-Roma. 2- 9- 1980 Destinado al Instituto di Rieducazione per Minorenni de Monastir-Cagliari. 23- 9- 1983 Nombrado administrador de la Casa de Casalotti, destinada oficialmente entonces a ser Casa de Formación y Acogida vocacional. 2- 9- 1986 Designado superior de la comunidad de Monastir. 11- 12- 1989 Tras dejarse la Casa de Monastir, es enviado al ITCA de Lecce. 15- 8- 1992 Participa en el III Curso Amigoniano de Formación (CAF). 23- 7- 1995 Toma parte, como delegado de los religiosos, en el IX Capítulo de la Provincia San Francisco. 15- 12- 1995 Nombrado superior del ITCA de San Giovanni Rotondo. 18- 5- 1998 Participa, como delegado de los religiosos, en el X Capítulo de la Provincia de San Francisco. Elegido segundo consejero y nombrado después también secretario provincial y superior, de nuevo, de San Giovanni. 17- 4- 2001 Toma parte en el XIX Capítulo General. Elegido segundo consejero general. 3- 6- 2001 Toma parte, como consejero, secretario y ecónomo provincial cesante, del XI Capítulo de la Provincia San Francisco. 17- 9- 2001 Nombrado responsable general de los Cooperadores Amigonianos. 4- 7- 2004 Preside, como delegado del superior general, el XII Capítulo de la Provincia San Francisco. 23- 4- 2007 Toma parte, como vicario general, en el XX Capítulo General. 12- 6- 2007 Participa, como delegado de los religiosos, en el XIII Capítulo de la Provincia San Francisco. Elegido tercer consejero. Nombrado superior del Convento Santa Irene de Catignano. 6- 2010 Participa, como consejero, en el XIV Capítulo de la Provincia San Francisco. Designado de nuevo superior de Catignano. 2- 5- 2013 Elegido superior provincial por el XV Capítulo de la Provincia San Francisco. 21- 1- 2014 Fallece en San Giovanni Rotondo. 23- 1- 2014 Recibe sepultura en la tumba familiar del Cementerio de Massafra.